Los restos de la desaparecida localidad de Armero están en la lista para ser parte del patrimonio cultural colombiano.
En el marco de la conmemoración de los 40 años de la tragedia de Armero, el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes anunció que las ruinas de Armero protegidas entran en la Lista Indicativa de Candidatos a Bienes de Interés Cultural del ámbito nacional. Este paso es clave para su futura declaratoria como Bien de Interés Cultural de la Nación.
El expediente será presentado el 27 de noviembre ante el Consejo Nacional de Patrimonio, que emitirá su concepto favorable. La ministra Yannai Kadamani destacó que el avance es resultado de un año de trabajo técnico y de un compromiso con la memoria y la no repetición.
El proyecto incluye la elaboración del expediente y un Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), con una inversión cercana a 2.000 millones de pesos. Según la ministra, las ruinas de Armero protegidas simbolizan la resiliencia de un país que no olvida a sus más de 20.000 víctimas.
Entre 2024 y 2025, el Gobierno Nacional destinará 1.323 millones de pesos adicionales para estudios técnicos, identificación, investigación y estrategias de protección del patrimonio. Estas acciones buscan saldar una deuda histórica con las familias afectadas.
La Ley 1632 de 2013 ya había establecido la conservación y restauración de las ruinas, mientras que el CONPES 3849 de 2015 definió las políticas para rendir homenaje a las víctimas, incluida la emblemática figura de Omaira Sánchez.
El proceso actual avanza en dos fases: la elaboración del expediente a cargo de la Unión Temporal Armero BIC y el PEMP desarrollado por la Universidad del Valle. Ambas etapas consolidan la base técnica del proyecto.
Además, se fortalecen procesos de apropiación social con Vigías del Patrimonio y semilleros comunitarios, que promueven la educación y la memoria colectiva.
Adicional a ello y como parte de esa conmemoración, ya se encuentra en manos del Archivo General de la Nación el ‘Libro Rojo’, registro histórico de la atención brindada a menores afectados. Este documento fue reconocido como patrimonio documental y símbolo de la preservación de la memoria nacional, reflejando cómo las ruinas de Armero protegidas mantienen viva la historia del país.



