Una fecha para reflexionar sobre la realidad de los periodistas en Colombia.
Este sábado se conmemora el Día Mundial de la Libertad de Prensa, una fecha designada por la UNESCO para recordar la importancia de la libertad de expresión, el papel fundamental del periodismo en las democracias y la necesidad de proteger a los comunicadores.
En Colombia, sin embargo, este día llega en medio de una realidad compleja y preocupante para quienes ejercen el oficio periodístico.
De acuerdo con la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), en lo corrido del último año se han registrado más de 150 agresiones contra periodistas en el país, incluyendo amenazas, hostigamientos, campañas de desprestigio y casos de censura.
Muchos de estos ataques provienen tanto de actores armados ilegales como de funcionarios públicos, lo que pone en evidencia el riesgo estructural que enfrentan los periodistas por cumplir con su labor.
Las regiones más afectadas siguen siendo aquellas donde hay presencia de grupos armados y economías ilegales. En departamentos como Arauca, Cauca y Norte de Santander, el periodismo independiente enfrenta enormes dificultades, desde autocensura impuesta por miedo a represalias, hasta el desplazamiento forzado de comunicadores.
La situación es aún más crítica para periodistas comunitarios y corresponsales de medios alternativos, que cuentan con pocos recursos y escasa protección institucional.
Además, la precariedad laboral se ha convertido en otro de los grandes desafíos del gremio. Según datos del Centro Nacional de Consultoría, más del 60% de los periodistas en Colombia no tiene contrato laboral formal y muchos trabajan por prestación de servicios, sin garantías de seguridad social ni condiciones dignas.
Esta vulnerabilidad aumenta los riesgos, ya que limita el acceso a mecanismos de protección y deja a los periodistas desamparados frente a cualquier agresión.
En los últimos años, también ha crecido la preocupación por el uso abusivo de figuras legales como las denuncias por injuria y calumnia para silenciar voces críticas.
Varios periodistas enfrentan procesos judiciales promovidos por políticos o empresarios, lo que genera un efecto intimidatorio que afecta la libertad de investigación y opinión. La judicialización del periodismo es un fenómeno en ascenso que amenaza la transparencia y la rendición de cuentas.
A pesar de este panorama, periodistas en todo el país continúan ejerciendo su labor con valentía y compromiso. Muchos de ellos trabajan desde zonas de alto riesgo, investigando casos de corrupción, abusos de poder y violencia estructural. Su trabajo es fundamental para la construcción de una sociedad más informada y democrática, y su defensa debe ser una prioridad para el Estado y la ciudadanía.
En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, la reflexión en Colombia va más allá de una fecha simbólica: es un llamado urgente a proteger la vida, la integridad y el derecho a informar de quienes dedican su vida a contar la verdad. Solo con garantías reales para la libertad de prensa se puede fortalecer una democracia plural, justa y participativa.