Se encendido debate de la Reforma a la Salud en Neiva

Se encendido debate de la Reforma a la Salud en Neiva

Congresistas advirtieron riesgos de corrupción y falta de claridad financiera.

La discusión sobre la reforma a la salud en Colombia continúa generando controversia y preocupación, la cita de este lunes en la Cámara de Comercio encendido debate de la Reforma a la Salud en Neiva, donde se llevó a cabo una audiencia pública liderada por la senadora Esperanza Andrade Serrano y la representante a la Cámara Luz Ayda Pastrana.
El evento, que contó con la presencia del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, buscó socializar los puntos clave del proyecto y escuchar las inquietudes de la ciudadanía.

Durante el encuentro, el ministro Jaramillo defendió la necesidad de transformar el sistema de salud, señalando fallas estructurales que obligan a los colombianos a luchar diariamente por su derecho fundamental.

En su intervención, destacó que uno de los pilares de la reforma es eliminar la intermediación financiera por parte de privados, lo cual se lograría con una ADRES fortalecida que pueda auditar y gestionar los recursos públicos de forma eficiente.

Sin embargo, las dudas sobre la viabilidad del proyecto no tardaron en aparecer. La senadora Andrade expresó su preocupación por la falta de claridad en la financiación de la reforma, cuestionando las fuentes propuestas por el Gobierno, entre ellas el IVA social, los impuestos saludables y un aumento progresivo del gasto en salud hasta alcanzar el 6,5 % del PIB en 2034.

Para varios congresistas, estos recursos no son suficientes para cubrir la deuda del sistema, que ya supera los 25 billones de pesos.

El ministro Jaramillo, en tono desafiante, aseguró que, si el Congreso no aprueba la reforma, el Gobierno no dudará en convocar una consulta popular para sacar adelante el proyecto “así valga lo que valga”. Sus palabras generaron incomodidad en un auditorio predominantemente conservador, especialmente cuando expresó abiertamente su postura ideológica y religiosa, al afirmar que “el primer socialista fue Cristo” y declararse agnóstico.

Desde la oposición, tanto Andrade como Pastrana advirtieron que la reforma podría abrir la puerta a nuevas formas de corrupción. Denunciaron falta de transparencia en áreas sensibles como la distribución de medicamentos y el nombramiento de los directores de las nuevas CAPS (Centros de Atención Primaria en Salud), lo que, según dijeron, podría dar paso al clientelismo y a la politización del sistema.

La representante Pastrana, también alertó sobre el riesgo de que se reproduzcan viejas prácticas que han debilitado el sistema durante décadas. Afirmó que sin un verdadero control ciudadano y sin mecanismos de vigilancia independientes, cualquier intento de reforma corre el riesgo de fracasar, por más buenas intenciones que tenga el Gobierno.

Por su parte, Jaramillo destacó las inversiones realizadas en el departamento del Huila, donde se han destinado más de 260 mil millones de pesos para el saneamiento financiero de hospitales y el fortalecimiento de la red pública.
Este anuncio fue bien recibido por algunos asistentes, aunque otros lo consideraron insuficiente frente al panorama general de crisis que enfrenta el sistema de salud.

El debate sobre la reforma a la salud en Colombia continúa polarizado. Mientras el Gobierno insiste en la urgencia de los cambios, la oposición reclama claridad, garantías y un enfoque que evite improvisaciones.

Lo cierto es que, con una deuda creciente, servicios colapsados y una ciudadanía cada vez más escéptica, el país se enfrenta a una encrucijada histórica que definirá el rumbo de su sistema de salud.

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